¿Complemento o amuleto?





Hace mucho tiempo, cuando empecé a trabajar y a ganar dinero (qué añoranza), y sentí que había entrado ya en la edad adulta, un día decidí regalarme a mí misma un reloj. Siempre me han gustado los relojes, y creo que reflejan la personalidad de quien los lleva como pocas cosas lo hacen. El caso es que estuve mirando y remirando hasta encontrar uno con el que me sintiera identificada y que se ajustara a mi presupuesto. Y, cuando lo encontré, me sentí especial llevándolo. Era como un recordatorio de que empezaba a ser la persona que quería llegar a ser.

Puede que yo sea la única que le da tantas vueltas a cosas tan insignificantes, pero es que me va mucho el simbolismo. Soy así. :)

Veda no se separaba nunca de su anillo

El caso es que, pasado un tiempo, y con motivo de sucesivas Navidades, me regalaron algún otro reloj, y me he ido turnando entre ellos según se les iba acabando la pila. Pues bien, el último me ha durado una eternidad, y aunque era muy bonito, no acababa de sentir que se ajustara bien a mi personalidad. Pero llegó su día, concretamente hace algo más de una semana, y ahí estaba yo, huérfana del tiempo, sin saber qué hora era y mirando el móvil a cada rato para ubicarme. Un rollo.

Por una cosa o por otra, he tardado más de lo deseado en poder volver a llevar un reloj que funcionara, y, por fin, hoy vuelvo a ser dueña de mi tiempo (qué bonito). Pero aprovechando que ahora todos mis relojes estaban parados y podía volver a elegir, he recuperado aquel otro que me compré con tanta ilusión.

Acabo de volver de la calle, de llevarlo a que "me lo reanimaran". Y he sentido una sensación muy curiosa. Ha sido como recuperar a un viejo amigo. O como si me dieran un talismán y me hubieran asegurado que, a partir de ahora, mi suerte cambiaría. Me siento distinta, con más confianza en mí misma. Y está claro que si yo me convenzo de que me va a infundir fuerza, acabará siendo así. Es más, se me ha metido en la cabeza que no acababa de dar pie con bola porque no llevaba el reloj adecuado, y que, ahora que lo he aparcado, se llevará consigo toda esta mala racha.

Y claro, esa sensación me ha inspirado el tema para esta nueva entrada (que ya era hora). Al igual que mi reloj, hay otras cosas que hacen que nos sintamos protegidas de algún modo, o especiales, o que tienen un significado sentimental que trasciende de su valor material. Como los niños pequeños con su peluche favorito, o como cuando heredamos el abrigo de nuestro padre, o el colgante de la abuela, o un pañuelo que alguna vez nos regaló alguien apreciado. O, simplemente, como un bolso que compramos con cariño o nos dio nuestra madre, y que llevamos con todo, pegue o no pegue.


El abrigo de Lucy, heredado de su padre, también era especial

Para mucha gente son simples complementos perfectamente intercambiables. Podemos dedicarnos a acumularlos sin sentido y a sustituirlos sin problema cuando nos aburren, o podemos ver en ellos algún significado especial y sentirnos con más confianza cuando los llevamos. 

Seguro que todas tenemos algo que responde a estas características. Yo ahora mismo estoy tan contenta con mi viejo reloj, que no lo cambiaría por ningún otro. Además, una ventaja añadida de dejar de considerar algo como un complemento y pasar a verlo como un amuleto, es que la gracia está en repetir hasta la saciedad, con el ahorro que eso supone. No diréis que no miro por vuestro bolsillo, ¿eh?

Y ahora que ya sabéis cuál es el amuleto que me acompañará a diario y me dará fuerzas para cambiar mi suerte, me gustaría saber cuáles son los vuestros. ;)

¿Tenéis algún colgante, un anillo o cualquier cosa de la que no os queréis separar?




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Comentarios

Montse Llamas ha dicho que…
Hola Tasha, te leo siempre con mucho gusto y espero con ansia tus actualizaciones. Me gusta tu punto de vista sobre la moda y el vestir, que es, al fin y al cabo, algo que nos acompaña a todos desde que nos levantamos.

Yo me estoy volviendo más simbólica en esto de los complementos. Estoy intentando tener cada vez menos cosas y con más valor para mí. Mis fetiches siempre son los anillos. Y los más destacados un par de ellos (compromiso y matrimonio) que puso mi amor en mi dedo hace unos meses. Un poco demodé, y peculiar en mí, que soy nada tradicional. ¡Me encantan!
Tasha ha dicho que…
Hola, Monstse! Qué alegría conocer a una lectora nueva, no te haces una idea! :)

Yo ahora estoy igual que tú, tratando de hacer "limpieza" en mi vida en general, cambiando cantidad por calidad en todas mis posesiones. Prefiero tener pocos complementos pero buenos y con significado, que un montón de morralla, de la que además nunca me acuerdo, así que nunca sale del cajón.

Los anillos también tienen algo especial, es verdad, y siempre los puedes llevar contigo. Por cierto, enhorabuena por tu matrimonio!

Un beso y gracias por comentar!
Nina ha dicho que…
La verdad Tasha, yo no soy muy de cosas simbólicas en bisutería, excepto por la alianza que me regaló mi chico hace ya 8 años, bueno, también tenía unos pendientes que adquirieron más importancia cuando perdí uno de ellos, al pobre pendiente le falta su pareja y lo tengo bien protegido y guardado, significa mucho para mí. Creo que sólo este par de cosas.

Me gusta mucho la bisutería, cambiar de collar constantemente, de pulsera etc..., últimamente le estoy cogiendo el punto a los collares llamativos, más festivos o menos y darles un punto más informal, me ha dado por mezclar joyas(joyas malas jajaja, ya se entiende), con estilismos casual.

Un beso

Nina
Tasha ha dicho que…
Hola, Nina! yo en realidad a la bisutería tampoco le tengo especial cariño, la verdad. Aunque si se lo tuviera a algo, seguro que sería a algún anillo. Creo que tienen un toque especial. Pero en materia de collares opino como tú. El reloj ya es otro cantar, como dije. Para mí es algo muy personal.

De todos modos, creo que yo ahora tengo el ánimo tan de aquella manera, que ya me agarro a cualquier cosa, jaja. Por eso me sentí como me sentí al recuperar mi reloj. Quiero pensar que me traerá buena suerte. Y oye, mira, ahora que lo pienso...¡yo diría que la cosa está mejorando un poco desde entonces! No me había parado a pensarlo.

Por cierto, he cambiado mi imagen de perfil. Estoy intentando salir del anonimato, pero voy a poco. :)

¡Besos!
Anónimo ha dicho que…
Me ha pasado alguna vez, sí, pero ahora mismo no tengo ningún objeto con esas características.
Pienso también que el reloj es un objeto especial pero lo cierto es que suelo tener varios de precio medio-bajo y a ninguno le tengo especial cariño aunque alguno me guste más que otro. Estas navidades me regalé uno, porque hace tiempo que buscaba uno metálico de tipo masculino. Me gusta mucho pero no es "el" reloj.

En lo demás no sabría decir, quizás un par de zapatos especial o alguna prenda, pero no sabría concretar. De todos modos, sí es verdad que un objeto así nos puede cambiar el ánimo y la confianza en una misma.

Saludos,
María
Tasha ha dicho que…
María, mi reloj no es nada del otro mundo, pero me lo compré con cariño (hacía mí misma, jajaja). Y me gusta llevarlo, no era consciente de cuánto hasta que lo he recuperado.

Y casualidades de la vida, me están yendo mejor las cosas desde ese día, no sé si tendrá algo que ver. A lo mejor, como yo me convencí de que me traería suerte, estoy atrayendo energía positiva, quién sabe.