SHOP YOUR WARDROBE - Ve de compras a tu propio armario




El entretiempo me mata, en serio. Por un lado, lo adoro. Me encanta notar cómo empieza a hacer calorcito después de un invierno breve pero intenso en el que no tenía ganas de ir ni a la vuelta de la esquina. Pero, por otro lado, es un quebradero de cabeza, no me lo neguéis. 

En esta época, a mí me entran de golpe todos los dilemas y me encuentro especialmente vulnerable a los ataques despiadados de las ansias consumistas. ¡Pero resistiré! 

Y ¿cómo lo harás, Nuria (o Tasha, según cómo me conozcas)?, os preguntaréis...

Pues bien: yendo de compras a mi propio armario

Admitámoslo: en esta época de zozobra meteorológica no merece la pena comprar algo nuevo para unos pocos días, porque dentro de nada entrará el verdadero entretiempo y para eso ya tenemos un buen arsenal de prendas esperando en el armario. Y si queremos comprar algo, mejor ahorrar ahora para entonces. 

Pero también debemos admitir que hay muchísima ropa no amortizada por ahí perdida, y de la que no nos acordamos durante la mayor parte del año. 

Y ahí es cuando esta actividad se vuelve más divertida. Buscar nuevas combinaciones con lo que ya tenemos mantendrá nuestra mente entretenida y nos ayudará a resistir las tentaciones de compras inútiles (¿en serio te vas a comprar un abrigo ligero de paño que sólo te vas a poder poner dos días?)

Los anglosajones llaman a esto "Shop your wardrobe", que es el equivalente a nuestro "compra en tu armario". Si buscáis esa frase en YouTube, veréis un montón de vídeos de gente anticonsumista la mar de inspiradores. 



Y a mí se me han ocurrido dos estrategias distintas: una al hilo de la entrada del otro día y la otra a propósito de todos los vídeos sobre fondo de armario y armario cápsula que resurgen en internet con cada cambio de temporada. 

PRIMER MÉTODO: CREA CONJUNTOS

El otro día os sugería comprar en rebajas con la idea de un conjunto en mente. Eso de buscar prendas desparejadas que se emparejen de maravilla me parece todo un hallazgo, en serio. Un bonito chaleco que tenga exactamente el mismo color que un pantalón de pernera ancha es una buena adquisición por separado, pero las dos prendas juntas multiplican sus posibilidades de forma asombrosa. Y eso nos encanta, ¿o no?

Pues bien, me he dado cuenta de que ya tengo un montón de conjuntos sin descubrir en mi propio armario. Tengo blusas de colores difíciles que, por casualidades de la vida, coinciden con uno de los colores predominantes de algún pantalón o falda estampada. Pero como los tengo colgados cada uno en un extremo del armario no me había dado cuenta. En cambio, cuando van juntos parecen de mejor familia. 

Y así con varias cosas. Se trata de buscar el look monocromático mezclando texturas y/o estilos para darle un plus de interés. Porque sí, un jersey negro y un vaquero negro forman un look monocromático, pero no dicen nada nuevo. En cambio, una blusa azul y una falda con vuelo del mismo tono de azul o muy parecido van a quedar como si hubiéramos comprado el conjunto ya hecho. Y lucen genial, en serio. 

La gracia está en buscar los colores más difíciles de nuestro armario. Seguro que tenemos por ahí algún top de color mostaza casi igual que un pantalón camel y nunca nos los hemos puesto juntos. Yo lo tengo. También un top de color fucsia y un pantalón rosa que no he combinado jamás. Esta temporada, por lo visto está de moda el rosa, así que se ha encendido una bombillita en mi cabeza. 

Para ayudarte en esta investigación, coge una prenda de tu armario y paséala por todo él para ver con qué otras combina mejor cromáticamente. Busca todas las que tengan tonos parecidos y ponlas encima de la cama. Ya verás cómo te salen varios conjuntos con los que no contabas. :) 

Yo tengo una falda midi de vuelo de color fresón y un top de seda sin mangas de un tono casi idéntico. Cada uno de su padre y de su madre, pero ¡juntos lucen como un vestido precioso! 

Para nota: si encima vas apuntando en algún lugar todas esas combinaciones que has descubierto, te garantizo que el día que te surja una ocasión especial, esa lista de ideas te vendrá de lujo. 

SEGUNDO MÉTODO: CREA TU FONDO DE ARMARIO

No sé por qué, cuando leemos o vemos un vídeo sobre crear nuestro fondo de armario, tendemos a pensar que deberíamos adquirir todas esas prendas desde cero y poco a poco, como un largo camino a recorrer en nuestra búsqueda del estilo perfecto. Esto ocurre, creo yo, porque cuando vemos información ahí fuera olvidamos totalmente lo que ya tenemos. 

Nos pasa lo mismo cuando vamos de tiendas. Es una amnesia modil muy inconveniente para el bolsillo. Luego, llegamos a casa y nos damos cuenta de que ya teníamos un pantalón negro de pinzas, una camiseta blanca y una gabardina. O incluso tres gabardinas por ahí abandonadas que ahora que nos damos cuenta, nos quedan la mar de majas, ejem... (mea culpa).



Pues bien, mi sugerencia es que te enfoques primero en tu armario. Buscar y rebusca, que seguro que encuentras las prendas necesarias para crear tu fondo de armario. No tienen que ser exactas a lo que has visto por ahí, pueden tener tu estilo propio (de hecho, lo tienen, porque las compraste tú). Si en lugar de una blazer negra resulta que tienes una chaqueta corta negra de tipo gabán, pues oye, seguro que te hace un papel parecido. Y encima, te da más personalidad. 

De entre todas las prendas que tienes, selecciona las mejores: el mejor de tus vaqueros, el que mejor te sienta; la camiseta blanca más nueva y neutra; la blusa blanca de mejor calidad, el pantalón negro, la gabardina, el jersey o camiseta de rayas de manga larga, la chaqueta de cuero... 

Se trata de extraer de entre todo ese maremágnum de ropa, la que parece de mejor calidad y es más combinable y neutra. Seguro que tienes algunos aciertos entre todos los errores que has ido cometiendo (te hablo así porque es lo que me pasa a mí). 

¿Ya lo tienes todo? Pues bien, ése es tu armario ideal e IM-PRES-CIN-DI-BLE sobre el que ir construyendo el armario completo. 

Me juego lo que quieras a que no tenías tantas lagunas de prendas básicas como pensabas. 

Y ¿sabes qué sería lo ideal? Separar esas prendas en un pequeño armario aparte, o buscarles un rincón diferenciado en tu armario. Así, cada día podrás recurrir a ellas y solventar tus problemas de indecisión. Y los días en que estés más inspirada, podrás buscar prendas más fantasiosas de entre todas las demás para combinar con las básicas. 

Si después de esta ardua labor de investigación descubres que efectivamente te falta algún básico que realmente es necesario en tu estilo de vida, entonces, adelante, sal a buscarlo. Pero ya no tienes que comprarte veinte prendas desde cero. ¿No es un alivio? ;)

Bueno, pues ¿a qué esperamos? ¡Manos a la obra!

Ya sabes: si buscas más ideas sobre cómo combinar tu ropa, echa un vistazo al Manual de estilo para tiempos de crisis de En el Vestidor. Es súper útil para descubrir las posibilidades de cada prenda. No lo digo yo, ¡lo dicen las lectoras! :) 






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